Anoche, el Live Sur Stadium de Sevilla fue testigo de una metamorfosis: no solo un concierto, sino una travesía emocional que condensó fuego, confesiones y adrenalina. Con entradas agotadas y una atmósfera cargada de expectativas, Duki inauguró la gira española de AMERI World Tour, acompañado de Ameri y su banda, para entregarnos un espectáculo donde cada nota parecía susurrar una historia.
Del red carpet al red stage
Desde antes de las 21:00, la explanada vibraba. La emoción era palpable en rostros que esperaban ser testigos de algo mayor que un recital: una ceremonia colectiva. Cuando las luces se tornaron carmesí, y el logo de AMERI emergió sobre el escenario, Duki emergió con paso firme: sin mangas marrón, pantalón oversize y cadenas doradas. Una imagen que ya gritaba intensidad antes de que cayera el primer beat.
Los primeros acordes de “Leitmotiv”, “Nueva Era” y “Brindis” se fundieron con pirotecnia en perfecta sincronía. El público no tardó en responder: el nombre “Duki” retumbaba en cada rincón del estadio.
AMERI: entre cicatrices y resurrecciones
El corazón del concierto latió al ritmo de AMERI, su cuarto álbum. Con tracks como “Imperio”, “Hardaway”, “Cine” o “Vida de Rock”, la escenografía jugó con luces lilas, rojos encendidos y llamas puntuales que elevaron el dramatismo.
Cuando llegó “Barro”, las llamas acariciaron el escenario. En “Constelación”, los visuales azules sumergieron al público en una atmósfera introspectiva. Y fue en ese segmento donde Duki bajó la mascarada para conectar de forma más directa:
“Mucha gente me dice: Duko, me salvaste. Pero yo no los salvé, ustedes se salvaron…”
Una frase que marcó el pulso del concierto: un ritual de sanación compartida, un puente entre el artista y su audiencia.
Fusión explosiva: 5202 y el desborde
Con el arranque de la fase 5202, el estadio se transformó en un estallido de energía. El fuego se apoderó de la escena mientras temas como “Rockstar & Rockstar 2.0”, “Sin Frenos” y “Agarro la Plata” desencadenaban pogos interminables.
“Si te sentís sola” fue un respiro cromático: visuales en rosa y amarillo, fuego suave y una pausa antes del clímax. Duki, visiblemente emocionado, rindió homenaje a su banda:
“Siempre fue mi sueño tener una banda de rock… Sin ellos no sería lo mismo.”
Un instante que reflejó su maduración artística: no es solo rapero, es conductor de atmósferas.

Confesiones a media luz: el Duki íntimo
El tramo más íntimo del show llegó con “Antes de perderte” y “No me llores”. Las luces se apagaron casi por completo, y el público se convirtió en cómplice silencioso.
“Ticket”, una dedicatoria a su padre, fue el clímax emocional: flashes de móviles, un estadio en susurro y un artista que no canta tanto como se confiesa. Fue uno de esos momentos que trasciende el plano musical para tocar lo humano.
Apoteosis final: himnos y fuego cruzado
Como en una cascada imparable, el cierre fue un desfiladero de éxitos: “BZRP Music Session #50”, “Golfista”, “Toxic”, “Hitboy”, “She Don’t Give a Fo” y “Givenchy”.
El momento más mágico vino con “Harakiri”: Duki subió a tres fans al escenario para cantar juntos bajo fuegos artificiales. Un gesto simbólico: no solo actuó para ellos, los hizo parte del ritual. Antes de despedirse:
“Esto fue el maldito modo diablo. La próxima vez que les digan ‘¿ya supiste?’, ustedes digan que sí.”
Una frase con la que cerró la noche, no como despedida, sino como promesa de que lo vivido es apenas el principio.
Reflexión final y paso siguiente
Lo de Sevilla fue más que un concierto; fue un manifiesto de transformación artística. Duki no vino a repetir fórmulas: vino a descifrar su presente, abrazar sus contradicciones y proyectar su legado.
Desde los tablones de El Quinto Escalón hasta llenar estadios, su evolución sigue siendo espejo de una generación que exige autenticidad. Y anoche, bajo el cielo de Sevilla, dejó claro que su fuego creativo no conoce tregua.
La gira continúa rumbo a A Coruña, Barcelona y Madrid: pero lo que vivimos en Sevilla ya quedó convertido en mito.
Si no queréis perdéroslo podéis comprar las entradas en Livenation y Ticketmaster.

